Nos empeñamos en buscar nuestro propio placer, y nos avergonzamos si decimos que nos falta alguien que nos de placer para satisfacernos, y todo eso es natural.
Somos humanos que nos juntamos y como consecuencia nos atraemos. Esa atracción nos produce unas ganas de practicar sexo.
Suma las ganas, resta la ropa, divide las piernas, introduce el elemento al máximo exponente y ruega por no multiplicarse.
Somos humanos que nos juntamos y como consecuencia nos atraemos. Esa atracción nos produce unas ganas de practicar sexo.
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